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Enciclopedia de Mitología Griega y
Romana (y Antigüedad Clásica)



Diccionario de mitología griega muy extenso que incluye mitos, leyendas, fábulas, tradiciones, gentilicios, epónimos, patronímicos, topónimos, festejos, monstruos, héroes, seres sobrenaturales, historia, mundo antiguo...



Epigrafías e inscripciones latinas, griegas, jeroglíficos, tibetano, etc.


Grabados y tallas latinas, griegas, árabes, sánscrito, japonés, etc.

Her --> Herma

Hera (Ἥρα / Ἥρη): hija de Cronos y de Rea, hermana de Zeus, Poseidón, Hades, Hestia y Deméter. Contrajo matrimonio con su hermano Zeus, por lo que se convirtió en la diosa más importante, como cónyuge del rey del Olimpo. Zeus y Hera formaron la tercera y última dinastía de naturaleza divina, también llamada olímpica. Debido sin duda a la constante infidelidad conyugal de Zeus, Hera aparece siempre como una divinidad de carácter rencoroso, vengativo, persiguiendo con su pertinacia no sólo a las amantes de su marido, también a los hijos nacidos de estas relaciones. Hera es la protectora de los matrimonios, de la familia, el tipo de mujer que debían imitar la mayoría de esposas de los hogares griegos. Poseía muchos templos en todo el territorio heleno, pero el más importante fue quizés el Hereón de la ciudad de Argos, en el Peloponeso. Hera aparecía en las representaciones portando en una mano un cuclillo, y en la otra una granada, símbolo de la fecundidad. En algunas monedas se colocaban unas tijeras, simbolizando su función de divinidad que asistía a los partos. Le estaba consagrado el pavo real.

Heraclea: nombre de varias ciudades antiguas dedicadas a Heracles. Una de ellas fue la de Lucania, en la Magna Grecia, donde Pirro venció a los romanos en el s. III a. C. Había otra en el Asia Menor.

Heracleas: juegos gimnásticos y fiestas instituídas en honor de Heracles.

Heracles (Ἡρακλῆς), Hércules romano: hijo de Zeus y Alcmena, esposa de Anfitrión, rey de la población de Tebas. Algunos autores antiguos lo hacen hermano de Euristeo, rey de Argos o de Micenas y Tirinto. Una vez nacido el héroe, Hera le envió dos enormes serpientes venenosas, las cuales perecieron ahogadas por el niño. Abandonado por su madre para así evitar las represalias de Hera, fue recogido por Hermes, Atenea o el propio Zeus, y mientras Hera dormía, lo colocaron en el seno de la diosa, para que se amamantase con su leche y obtuviese así la inmortalidad. Al despegarse del pezón de la diosa se derramó un chorro de leche que originó la Via Láctea. Según otra leyenda, Heracles no fue abandonado, sino que se crió junto a Alcmena y su esposo. Jamás fallaba al lanzar su jabalina o disparar su arco, y participó en la lucha de los dioses contra los gigantes, a favor de los primeros, matando a varios de los gigantes. También liberó a Prometeo de su suplicio, matando al águila enviada por Zeus. Casado con Mégara, Hera lo enajenó, y fuera de sí fue el autor de un parricidio en la persona de su esposa e hijos. Cuando recuperó la razón y supo lo que había hecho, decidió por voluntad propia expatriarse, y fue a pedir consejo sobre donde vivir al oráculo de Delfos, que le ordenó que se pusiera al servicio de Euristeo y le impuso el nombre de Heracles, ya que hasta entonces se había llamado Alcides. Euristeo le ordenó cumplir doce trabajos, episodio de los más conocidos e interesantes de la mitología griega y romana, pues estos se apropiaron del mito y lo llamaron Hércules, inventando algunas historias más que sumaron a las muchas que ya había. Al encargarle estos durísimos trabajos, Euristeo no pretendía otra cosa que librarse de él, pensando que parecería en alguno de ellos. Heracles los realizó todos de forma brillante. Su existencia fue prolija en aventuras fantásticas, en hazañas inverosímiles e increíbles, que lo convirtieron en el más célebre y famoso de los héroes griegos. Su muerte fue dramática, causada involuntariamente por su esposa Deyanira. Heracles, que iba a realizar un sacrificio a Zeus en la isla de Eubea, mandó a un mensajero a su casa, en Traquis, donde vivía con su familia, a solicitar de su mujer una vestimenta que resultará adecuada para el acto. Licas, que así se llamaba, mencionó que junto a Heracles se hallaba una bella joven. Deyanira, celosa, le dio una túnica a la que embadurnó con el filtro mágico que le había dado el centauro Neso. Heracles se vistió con esta prenda y se dispuso a realizar el sacrificio, pero el veneno con que estaba impregnada la túnica se introdujo a través de su piel y corrompió sus carnes. El héroe, al intentar retirar de su cuerpo la prenda, arrancó al mismo tiempo su carne hecha jirones. Según una versión Heracles, moribundo, es llevado a Heraclia (Traquinia). Otra leyenda afirma que tras consultar el oráculo de Delfos, este le aconsejó dirigirse al monte Eta. Una vez allí, el hijo de Zeus arrancó de cuajo una encina, con la que fabricó una gran hoguera. Encendida por su hijo Filoctetes o por un pastor llamado Peante, Heracles subió a la pira, y envuelto por las llamas y en medio del fragor de truenos y relámpagos ascendió al Olimpo, donde fue aceptado como un dios. Heracles poseía oráculos en algunas ciudades, como Bura, en Acaya, y en Tespias, en la región de Beocia. En las representaciones aparecía acompañado de sus armas. La clava (cachiporra) y una coraza, fabricadas ambas por Hefesto. Una espada regalo de Hermes y el arco y las flechas, entregadas por Apolo. También aparece con una piel de león, intraspasable por las flechas.

Heracles del Ida: jefe de los cinco curetes.

Heráclidas: nombre que recibían los hijos de Heracles, que después de la muerte de su padre conquistaron el Peloponeso.

Heraclídes del Ponto: filósofo y astrónomo griego del s. V. a. C. de ideas platónicas y pitagóricas, y partidario del heliocentrismo.

Heraclio: Heraclio I fue un emperador bizantino de los s. VI-V d. C., bajo cuyo mandato Bizancio perdió Egipto y Siria, conquistados por los árabes.

Heráclito (Ἡράκλειτος): filósofo griego de los ss. VI-V a. C. nacido en Éfeso, de ideas opuestas a Parménides. De su obra sólo se han salvado fragmentos, formada por aforismos, que tenían fama de ser poco claros.

Herbeso: soldado rútulo que murió a manos de Euríalo.

Herculano: población ubicada al pie del Vesubio habitada por samnitas, oscos y etruscos, dominada por Roma a inicios del s. IV a. C.; en el año 63 d. C. fue asolada por un terremoto, y en el 79 fue sepultada por la erupción del Vesubio, junto con Pompeya.

Hereas: fiestas celebradas en honor de la diosa Hera, para agradecer su protección sobre los matrimonios.

Hereeo: hijo de Licaón.

Hermafrodito: hijo de Hermes y de Afrodita. Abandonado por su madre y criado por las náyades en las grutas del monte Ida. En una ocasión en que llegó a Caria, en el Asia Menor, se halló delante de una laguna que habitaba una hermosa ninfa llamada Salmacia. Al contemplar al joven forastero, el corazón de la ninfa se inflamó de una pasión incontenible. Tras intentar seducirlo y no obtener el resultado apetecido, fingió alejarse del lugar. Hermafrodito, viéndose solo, se desvistió y se zambulló en las límpidas y claras aguas del lago. La ninfa lo observaba, y no pudiendo resistir el influjo de Afrodita, se lanzó al agua, abrazándose al joven que seguía resistiéndose. La ninfa, suplicante, implora a los dioses que fundan sus cuerpos de forma que nada pueda separarlos. Los dioses aceptan su petición y mezclan sus cuerpos formando uno solo. Este cuerpo poseía rasgos característicos pertenecientes a los dos sexos, surgiendo así un ser hermafrodita, que tenía órganos sexuales de ambos. Era creencia popular que quien se bañaba en esa fuente se convertía en hermafrodita.

Hermaias: fiestas celebradas en honor del dios Hermes. Se celebraban carreras de antorchas y juegos gimnásticos, en los cuales participaban los jóvenes. Entre las poblaciones que las hacían estaban Argos, Atenas, Creta, Delos, etc.

Hermas: simples montones de piedras destinadas a servir de postes indicadores, que recibían su nombre del dios Hermes. Cada viajero que transitaba por el lugar añadía una nueva piedra a las ya amontonadas. Más tarde se transformaron en columnas de forma cuadrangular, rematadas con la cabeza esculpida de Hermes. Se aderezaban y adornaban con un falo en posición erecta, y con ramitas y coronas de flores, y se les realizaban ofrendas. Incluso tenían sus fieles y adoradores.


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